Hace un par de días declararon oficialmente la extinción del rinoceronte negro occidental (Diceros bicornis longipes). El último ejemplar se avistó hace cinco años. De haber podido, hubiera salido volando para buscar una tierra donde sobrevivir. Pero como la depredación humana va mucho más rápida que la mutación genética para que le salgan alas, hay que echarles una mano. Es lo que ha hecho WWF con el objetivo de salvar al resto de la especie de rinoceronte negro, del que sólo quedan 4800 ejemplares en todo África. Es decir, está en Peligro Crítico de Extinción. Este animal no se une en grupos y necesita mucho territorio para vivir. Territorio que empequeñece por momentos. Para aumentar el espacio disponible, la World Wildlife Fund (WWF, conocida en España como Adena), puso en marcha el Proyecto de Expansión del Rinoceronte Negro en Sudáfrica. Hasta el momento, se han trasladado 120. Los traslados a la reserva son de 1500 kilómetros. Hasta ahora se hacían por carretera, un suplicio para semejante bicho. Con tonelada y media de mala leche y tanto tiempo de viaje, había que inyectarles una buena cantidad de tranquilizantes. Por eso se ha optado por una fórmula acotada a las películas de fantasía. Que, como Dumbo, los rinocerontes levanten el vuelo. Sólo por la plasticidad de las imágenes, merece la pena echar un vistazo.
Más información sobre éste y otros proyectos, y cómo colaborar, en wwf.es
(c) Michael Raimondo / WWF
Verde clarito 
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